El otro día hicimos una botella sensorial que hemos llamado La botella de la calma.
Y claro, como a estas clases vienen muy pocos niños de la mía, empezaron a pedirme que hiciese una con ellos. ¡No me pude resistir!
Están cortando pajitas de colores y van metiendo los trocitos dentro de la botella. |
Están muy concentrados. Hay que meter muchos trocitos. |
Les vamos llamando para echarles purpurina, estrellitas brillantes, arañas... Luego siguen con las pajitas. |
Cuando hemos echado muchas cosas... toca echar el agua. Antes un poco de glicerina para que haya distinta densidad y las cosas se muevan más lentamente. |
El tapón lo sellamos con la pistola de pegamento caliente y...¡Ya tenemos nuestra botella de la calma! |
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