Les he llevado a clase plástico de burbujas y hemos estado viendo cómo es, para qué se inventó en un principio y para qué se utiliza ahora. Todos habían visto alguna vez este plástico: en cajas de juguetes, en paquetes que llegan a casa...
Para comprobar si cumple el objetivo o no, hemos bajado a por un huevo a la cocina y lo hemos envuelto en el plástico, bien protegido.
Luego hemos jugado a lanzarlo unos a otros y, aunque a veces el paquete se caía al suelo... ¡El huevo no se rompía!
Lo hemos pasado genial, aunque, de tanto caerse.... al final hemos hecho tortilla, jajaja. Hay que protegerlo más la próxima vez.
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